Control de malezas
Las malezas son uno de los principales problemas que puede enfrentar un cultivo, absorben el agua y las sales minerales de la tierra a través de sus raíces, compitiendo por nutrientes con las plantas cultivadas. Provocan la disminución del rendimiento de las cosechas. Pueden considerarse tan dañinas como las plagas y enfermedades que pueden atacar un cultivo.
Especialmente en el maíz, lograr un control rentable de malezas se encuentra estrechamente relacionado con el tiempo. Suponiendo que se haya comenzado con un campo limpio, y no se hace un control de maleza, las malas hierbas serán de aproximadamente 7-10 cm de alto cuando el maíz alcance las etapas V3-V4. Es en este momento cuando normalmente se supera la marca del punto de equilibrio y se empieza a perder dinero debido a la disminución del rendimiento además de que se tiene un mayor costo en la aplicación de un herbicida.
Iniciar con un campo limpio
Un campo limpio al momento de la siembra es esencial para comenzar de buena manera el cultivo de maíz. Esto puede lograrse bien solo mediante el trabajo de labranza, con la aplicación de algún herbicida de preemergencia o la combinación de los dos.
Reducir el riesgo de aparición
El control de malezas en postemergencia es más complicado si se utiliza una estrategia de labranza o deshierbe. Es por eso que se debe controlar el problema incluso antes de que aparezca. Tener un buen plan de prevención, ayudará a tener un mejor control sobre acciones correctivas como puede ser la aplicación de un herbicida.
Cuidar los tiempos y etapas clave del cultivo
Los esfuerzos de control deben enfocarse en etapas tempranas, ya que como se mencionó anteriormente, en la etapa V3-V4, si las malezas no se eliminan, el cultivo sufrirá una reducción significativa en su rendimiento potencial.
Tener cuidado con las dosis y aplicaciones
En caso de considerarse necesaria la aplicación de tratamientos de herbicidas, puede caerse en la práctica de aplicar dosis reducidas para ahorrar costos. Sin embargo, la efectividad del tratamiento se verá comprometida. Es aconsejable seguir las instrucciones del fabricante o la recomendación de un técnico. Además, cuando se hace control de malezas postemergentes, debe asegurarse tener una buena cobertura sobre las malezas.
Monitorear y evaluar
Después de cada práctica de control de malezas, se debe explorar el campo y evaluar qué tan bien funcionó el tratamiento y si podría ser necesario o no seguir con el tratamiento o realizar algún tratamiento correctivo.
En el mercado existe una gran variedad de productos destinados al control de malas hierbas. Se pueden encontrar desde los que se aplican de manera preventiva o correctiva. De acuerdo a su selectividad, los herbicidas se clasifican como selectivos y no selectivos. Los herbicidas selectivos, son aquellos que a ciertas dosis, formas y épocas de aplicación eliminan a algunas plantas sin dañar significativamente a otras. Los herbicidas no selectivos son los que ejercen su toxicidad sobre toda clase de vegetación y deben utilizarse en terrenos sin cultivo o bien evitar el contacto con las plantas cultivadas.
También los hay que tienen presencia residual o los que se degradan rápidamente una vez aplicados.
Cualquiera que sea el caso, y siempre que se manejan agroquímicos, se deben tomar las medidas de seguridad necesarias para proteger al personal que aplica el tratamiento, al ambiente y al cultivo mismo, dado que la mayoría de los herbicidas pueden acabar con el cultivo si no son aplicados de manera correcta. La deriva del herbicida hacia plantas buenas puede deberse al empleo de boquillas no adecuadas para la aspersión, una de las principales causas de este problema es realizar la aplicación del tratamiento en días con viento. También existe el peligro de contaminar otros tratamientos con el herbicida si no se lava de manera adecuada el equipo con el que se realiza la aplicación.
Fuentes