La deficiencia de N en maíz después de la polinización

IMG_1174Después de la floración y polinización, la milpa llena el grano. El éxito de este proceso de llenado depende de la disponibilidad de agua y luz, temperaturas favorables, sanidad y buena nutrición vegetal.

Emerson Nafziger menciona que una parte de la luz que nos manda el sol llega al suelo, es decir, no es interceptada por las plantas y por lo tanto es desperdiciada desde el punto de vista del agricultor. Se pierde 1% del rendimiento esperado por cada 1% de la luz que no es captada por las hojas. La mayoría de la luz es interceptada por las hojas medias y superiores, ya que las inferiores generalmente están en la sombra. Aún así, las hojas inferiores pueden contribuir al rendimiento, siempre y cuando sean sanas y verdes. Cuando el cultivo sufre de deficiencia de nitrógeno (N), las hojas inferiores suelen ser más pequeñas y pálidas y por lo tanto no aprovechan la luz al máximo. Su capacidad para hacer fotosíntesis es reducida. Por ello es importante mantener las hojas sanas y evitar deficiencias nutrimentales. (Como es obvio, por la misma razón hay que evitar quemar los tallos y hojas inferiores con herbicidas no selectivos.)

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Los síntomas de deficiencia de N después de la polinización son un amarillamiento en forma de V en las hojas inferiores, moviéndose desde la punta de la hoja hacia la base; con el paso del tiempo esas hojas comienzan a morir. Ya no puede hacerse mucho para corregir la deficiencia de N en esa etapa, especialmente cuando no estamos seguros de poder contar con lluvias para mover el fertilizante hacía las raíces.

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La deficiencia de N puede deberse a varios motivos. El principal es la fertilización insuficiente. Otro factor importante es la época de aplicación, ya que en algunos casos se aplica tarde y en algunas ocasiones fuertes lluvias ocasionan pérdidas de N por lixiviación o lavado.

En resumen, a deficiencia de N después de polinización puede afectar el rendimiento, sin embargo si las hojas superiores que abastecen la mayoría de carbohidratos a la mazorca se encuentran en perfectas condiciones, la pérdida de rendimiento es menor.

Fuente: http://bulletin.ipm.illinois.edu/article.php?id=1013

Relativa tolerancia a deficiencia de fierro

Urge una aplicación de sulfato ferroso en esta parcela en Santa Rosa (Plan de Ayala), León, Guanajuato, y también es notorio que se fue un poco de la mano el gusano cogollero, pero fuera de ello, se aprecia muy bien cómo las «Semillas Todo Terreno» (a la derecha, en este caso el híbrido de maíz blanco Pegaso) resisten mucho mejor la deficiencia que «los de enfrente» a la izquierda.

Pegaso de Unisem (derecha) resiste mejor las deficiencias de fierro en este terreno que un maíz de otra marca (izquierda). Haga clic en la foto para agrandarla.

La deficiencia de fierro inicia por un amarillamiento de las hojas más jovenes. Si no se controla, las venas de las hojas palidecen, causando un padrón característico de rayas longitudinales verdes y amarillas en las hojas. Desde la distancia se aprecian manchones amarillentos irregulares dentro de los campos, ya que rara vez un campo está afectado homogéneamente en toda su extensión.

Acercamiento a una hoja que muestra una deficiencia de fierro. Haga clic en la foto para ampliarla.

Las deficiencias de fierro suelen estar asociadas con un pH del suelo alto (suelos alcalinos), carbonato de calcio libre y materia orgánica baja. También es común en partes del terreno que perdieron la capa superior del suelo, ya sea por erosión o nivelación. Sorgo y maíz son dos de los cultivos más susceptibles a la deficiencia de fierro, mientras que trigo y alfalfa son de los más tolerantes.