Norman Borlaug: el padre de la Revolución Verde

Norman Borlaug

El incremento sustancial de la productividad agrícola en muchos países, entre los 1940’s a los 1970’s fue conocido como «La Revolución Verde» y a Norman Borlaug se le considera el padre de ésta, al igual que de la agricultura moderna.

Norman Ernest Borlaug nació en Cresco, Iowa, Estados Unidos, el 25 de marzo de 1914. Durante su niñez trabajó en la granja familiar, sus labores eran desde cuidar a las gallinas, pescar, cazar hasta levantar el maíz y avena. Por lo tanto, Borlaug conoció directamente lo que era trabajar y vivir del campo y posiblemente eso fue lo que lo orilló a efectuar estudios dentro de la agronomía; fue ingeniero agrónomo, genetista, fitopatólogo, humanista.

En los 1960’s hizo muchos esfuerzos para introducir las semillas híbridas a la producción agrícola en Pakistán y la India, lo que provocó un evidente y palpable incremento de la productividad agrícola, lo cual implicó que Borlaug se convirtiera en la persona que salvó el mayor número de vidas humanas: Cientos millones de personas habrían muerto de hambre de no ser por él.

Su paso por México

Norman Borlaug en Sonora, México

En 1944 trabajó en México como fitopatólogo asociado al programa cooperativo entre la Secretaría de Agricultura y la fundación Rockefeller. Más tarde, en 1945,  se trasladó al Valle del Yaqui en Sonora, donde estuvo estudiando los trigos, royas y técnicas agronómicas.

A comienzos del programa, Borlaug contó con un equipo de trabajo formado por sus compañeros; José Rodríguez, Benjamín Ortega, Leonel Robles, Roberto Osoyo, Raúl Mercado, Ignacio Narváez y Alfedo Campos  entre otros, quienes enfocaron sus esfuerzos en controlar las royas que destruían los trigales mexicanos. Las primeras variedades que lograron ser resistentes a las royas fueron las Kentana, Yaqui y Mayo y se lanzaron en 1948. Al mismo tiempo se experimentaron y difundieron unas nuevas técnicas agronómicas.

En 1956 México alcanzó la autosuficiencia en trigo, después de eso el grupo de científicos que trabajó con Borlaug en Sonora obtuvo un logro trascendental: el desarrollo de variedades enanas de trigo, con alto rendimiento, amplia adaptación, resistentes a enfermedades y con altísima calidad industrial, y que fueron sembradas por primera vez en 1962. Con estas variedades, México incrementó notablemente su producción. Al poco tiempo, muchos países como la India, Pakistán, España, Argentina y China, se beneficiaron de las nuevas variedades de trigo y de la tecnología desarrollada en nuestro país.

El Premio Nobel

Como reconocimiento a su aportación tanto en las ciencias agrícolas pero sobre todo su labor humanista al brindar acceso a los alimentos a gran parte de la población, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1970. También recibió múltiples premios por su labor tanto en Estados Unidos, la India y otros países.

Norman Borlaug dejó de existir el 12 de septiembre del 2009 a los 95 años de edad, dejando tras de sí, un gran y valioso legado verde.

Fuentes:

http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/asia/article6832878.ece

http://nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/1970/borlaug-bio.html

Imagen: CIMMYT 

¿Quedará semilla después de las heladas en Sinaloa y Sonora?

Daño total por heladas en cultivo de maíz

Daño total por heladas en cultivo de maíz

Hace poco más de una semana se heló una gran parte de las superficies de maíz, frijol, hortalizas, y otros cultivos sembrados en los estados del norte del país, incluyendo Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, etc. Las heladas fueron las más severas en más de medio siglo. Muchos de los  productores afectados actualmente están resembrando maíz o sorgo y necesitan semilla para hacerlo. Los proveedores de semilla no estaban preparadas para esta eventualidad. Sin embargo, hacen todo lo que está a su alcance para enviar semilla a las zonas de desastre. Las noticias de estos acontecimientos ya recorrieron el país y el mundo.

He estado recibiendo llamadas y correos electrónicos de productores y distribuidores preocupados por toda la semilla que se está enviando al norte, preguntando si Unisem va a tener semilla suficiente para cubrir la demanda en primavera-verano en el centro y sur del país.

La respuesta corta es sí.

Nuestras ventas en Sinaloa y Sonora representan menos de una cuarta parte de nuestras ventas totales. (No estamos comercializando en Tamaulipas.) Si este año mandamos un poco más de semilla al noroeste, esto no afecta significativamente la disponibilidad de semilla para el resto del país.

En Unisem, como probablemente en la mayoría de las casas semilleras, tratamos de producir siempre un poco más de semilla de la que estimamos vender, tanto para amortiguar las fluctuaciones inevitables en la demanda y las imprecisiones de los presupuestos, como también para asegurarnos contra posibles bajas en los rendimientos en la reproducción de la semilla. En un año normal resultan excedentes que se guardan para la siguiente temporada. La semilla de maíz y sorgo bien almacenada conserva su germinación y vigor.

Por todo lo anterior contamos con los inventarios necesarios para cubrir la demanda que habíamos estimado originalmente, incluso si vendemos en Sinaloa más de lo que teníamos contemplado. Si todas las semilleras trabajaran de manera similar como Unisem, no debería haber problema.

La respuesta larga es un poco más complicada.

Algunas de las empresas semilleras más grandes tratan de producir la semilla siempre en el último momento antes de necesitarla. Buscan aplicar el concepto de “just-in-time” a la semilla. Esto significa, por un lado, que trabajan con menos inventarios (en proporción a sus ventas) que semilleras pequeñas. Por otro lado, significa también que producen una parte de la semilla en Sinaloa, a veces también en Sonora, estados cuyas temporadas de siembra son contra-cíclicas con las de temporal. Los campos de reproducción fueron afectados por las heladas en la misma medida como los campos de producción de grano. No tengo un dato de cuánta superficie de reproducción se puede haber helado, pero es obvio que sí hubo tales pérdidas y que esto puede repercutir en el mercado. Recuerdo que hace unos 8 años, una helada en Sonora afectó la disponibilidad de un híbrido en particular de otra marca.

Además, la temporada de primavera-verano pasada en el Bajío, donde se produce una gran parte de la semilla híbrida de maíz para México, sufrió una mala distribución de las lluvias. Inició con mucha agua y terminó con sequía. Por lo tanto, es posible que las empresas semilleras en general hayan sufrido rendimientos más bajos de los normales y empezado el año con inventarios relativamente bajos.

Debido a estos hechos y suposiciones, considero que es posible que algunas de las empresas más grandes vayan a tener problemas de abastecimiento. En el mejor de los casos simplemente faltarán ciertas variedades, orillando a los productores a sembrar una variedad diferente, pero buena, de la misma marca. En el peor de los casos, no habrá suficiente semilla híbrida de calidad. Tal desabasto desde luego se contagiaría a otras empresas, puesto que los productores que no encuentran la semilla con su proveedor acostumbrado, buscarán en otras partes. Los productores deberán tener especial cuidado en la selección de la semilla, ya que, si una cosa es segura, es que no faltarán los «vivos» que importarán semillas de variedades que no han sido probadas debidamente en México, o que venderán semilla pirata.

A los productores les recomiendo procurar su semilla con tiempo, para obtener una variedad que ya conocen y probaron, de un proveedor responsable. Si dentro de sus planes de siembra está Unisem, los invitamos a participar en nuestra preventa.