Dos de las preguntas más comunes entre productores son ¿qué densidad de plantas es la adecuada? y ¿cuánta semilla por hectárea debo sembrar?
Debido a las diferentes condiciones agroecológicas, manejo y también los tipos de maíz sembrados en México, no existe una respuesta que aplique a todos los posibles casos. Sin embargo, es posible hacer algunas consideraciones para establecer un ejemplo que pueda emplearse para que cada quién obtenga su respuesta tomando en cuenta los factores pertinentes, según cada caso.
Productor revisando una siembra de maíz forrajero en Gómez Palacio, Durango, México
Para comenzar, es necesario definir los conceptos de densidad de plantas y densidad de siembra. Las dos cantidades no son iguales, ya que una fracción de la semilla o las plántulas se pierden antes de desarrollarse.
La densidad de plantas se refiere a la cantidad de plantas (adultas) por hectárea. La densidad de siembra es la cantidad de semillas que se depositan por hectárea.
Densidad de plantas
La densidad de plantas recomendable depende de varios factores:
- Las condiciones agroecológicas y el manejo. Con mejores condiciones de fertilidad del suelo, fertilización y un mejor manejo, se podrá sostener una mayor densidad de plantas. Las densidades recomendables pueden ir desde las 50 mil plantas por hectárea en condiciones de temporal, laderas y suelos malos, hasta 100 mil o más en las mejores condiciones, por ejemplo bajo riego en ciertas zonas de Sinaloa o del Bajío.
- La variedad. Los híbridos bajos, y precoces, requieren de una mayor densidad que los híbridos altos y tardíos para lograr su máximo rendimiento. Criollos y algunos híbridos malos no soportan densidades medianas, se acaman.
- El riesgo de sequía. En caso de sequía, una densidad alta es contraproducente. Por lo tanto, conviene trabajar con densidades modestas en zonas donde este problema es recurrente.
- Rendimiento esperado. Los rendimientos máximos por planta son de entre 150 a 180 gramos (2). Por lo tanto, si en una parcela se esperan unas 12 toneladas de grano por hectárea, la densidad de plantas recomendable es de 67- 80 mil plantas por hectárea.
Densidad de siembra
Inevitablemente se pierden algunas semillas o plántulas, por falta de germinación, falta de vigor, falta de contacto con el suelo, piedras, encostramientos, plagas y enfermedades, fallas de la sembradora, etc.
Por esta razón, se debe aumentar la densidad de siembra en la misma proporción en la que se espera tener pérdidas de semilla o plántulas. En la Guía de Identificación de problemas en la producción de maíz tropical del CIMMYT (1), se sugiere considerar un 20 % como pérdida.
En condiciones de emergencia difíciles, como en pata de trigo o cebada, o en terrenos muy arcillosos, siembras en seco, etc., deberá aumentarse la densidad aún más.
Finalmente, es recomendable trabajar con un margen de seguridad, sembrando un 5-10 % arriba de lo estimado de acuerdo a las consideraciones anteriores.
Una vez definida la densidad de siembra, debe hacerse el cálculo de las semillas por metro lineal a depositar.
Ejemplo
Suponiendo que se tiene un terreno de riego, bien manejado y abonado. Se espera un rendimiento de 12 toneladas de grano. Se desea una densidad de 80 mil plantas por hectárea. Se sembrará en pata de trigo. La semilla es tratada con insecticida, y se aplicará un insecticida granulado, por lo que no se esperan pérdidas mayores por plagas del suelo. La semilla tiene un 95 % de germinación. Con todo esto, se supone una pérdida de semillas y plántulas del 25 % más un 5 % de margen de seguridad, la pérdida se calcula en un 30 %.
La densidad de plantas deseada (80 mil) se divide entre de entre 0.7 para obtener la densidad de siembra. Resultando 114 mil semillas por hectárea.
En surcos de 1 metro de ancho, deberían sembrarse 11.4 semillas por metro lineal. En surcos más estrechos, de 80 centímetros, se sembrarán 11.4 x 0.8 = 9.1 semillas por metro lineal o una semilla cada 11 centímetros.
Finalmente, la sembradora habrá de calibrarse para depositar las 9 semillas por metro lineal, y verificar que así sea, excavando tramos cortos de los surcos ya sembrados.
Colaboradores de Unisem capacitándose
Referencias
(1) H.R. Lafitte. 1993. Identificación de problemas en la producción de maíz tropical. Guía de campo. México, D.F.: CIMMYT. (Haga clic aquí para descargar la guía.)
(2) A.D. Violic. Manejo Integrado de Cultivos. El maíz en los Trópicos. FAO. http://www.fao.org/docrep/003/X7650S/x7650s22.ht