Unisem quinceañera

Hoy hace 15 años, el 13 de mayo de 1998, fue incorporada la empresa Unisem, S.A. de C.V. Aprovechamos esta ocasión para hablar un poco de la historia de esta sociedad.

Los primeros años

El entorno económico y competitivo durante los primeros años de Unisem (1999-2002) se caracterizó por precios bajos de los cereales. El mercado de maíz de grano mexicano se liberalizó paulatinamente después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, en 1994. Los precios del maíz en Chicago eran bajos, cerca de dos dólares por bushel. Esto se reflejó en los precios internos muy modestos.

15 ANIVERSARIO 600X250PX

Como suele decir nuestro genetista, Unisem nació con una torta bajo el brazo. Se refiere a que gracias a él ya contábamos con algunos híbridos para comercializar desde el inicio. Esto es cierto, pero podemos decir que empezamos desde cero en todos los demás aspectos, con un presupuesto limitado. Incluso en investigación, los principales híbridos que comercializamos hoy fueron producto de un trabajo constante e incesante desde entonces.

La marca Unisem nadie la conocía o como lo puso el muy estimado Ing. Alfredo Sardina que colaboró en esta empresa durante algunos años: «Lo bueno es que no estamos quemados.» Esa era su forma de ver las cosas por que venía de una multinacional que había sido criticada y hasta demandada por los terriblemente pobres rendimiento de algunos de sus híbridos en el año seco 2005. Poco a poco dimos a conocer la marca Unisem, el lema «Semillas Todo Terreno» y nuestros híbridos. En esta etapa ya empezamos con nuestra primera versión de la promoción Preventa que, en una forma modificada, sigue al día de hoy.

Crecimiento

El entorno económico durante los años de 2003 a 2006 no había cambiado mucho en comparación con el período anterior. Nuevas empresas de semillas, en su mayoría multinacionales, continuaron entrando a México y la consolidación continuó. Unisem empezó a lograr utilidades operativas. Estas se reinvierten continuamente en la misma operación. Las ventas crecieron. El número de empleados creció también e hicimos el mejor esfuerzo para profesionalizar el equipo, lograr mayor calidad y eficiencia.

Desde sus inicios, Unisem estableció puntos de venta en varias regiones del Bajío, Occidente y Norte del país. Posteriormente se integraron algunos estados del Centro y Sureste. Por las distancias, se trata de una estrategia de marketing cara, pero que obedece a una visión a largo plazo, que pretende cubrir todas las zonas donde se vende semilla de maíz de tipo «subtropical». En años recientes hemos incursionado también en zonas de transición entre el ámbito subtropical y Valles Altos así como en el trópico en los ciclos invernales con maíz y todo el año con sorgos.

En agosto de 2008, de repente nos encontramos enfrentados a los futuros de maíz por encima de 7 o incluso 8 dólares por bushel. La llegada de etanol como combustible había hecho que los precios de los alimentos y los del petroleo estuvieran ligados.

Lo que fue buena noticia para los productores, causó un poco de estrés para Unisem. Si los precios internacionales del maíz se habrían trasladado totalmente a México y mantenido hasta la cosecha, habríamos tenido que pagar alrededor de un 30-40% más de lo estimado por la semilla que habíamos contratado. Afortunadamente, la situación se calmó un poco hacía finales del año y salimos raspados pero vivos.

A largo plazo, precios sólidos para los productos agropecuarios son o serían benéficos también para nosotros. Solo nos puede ir bien si les va bien a los agricultores y ganaderos.

Actualidad

Hoy, Unisem es la segunda o tercera empresa nacional en ventas de semilla de maíz. Este sector de empresas es muy importante para no dejar demasiado solas a las multinacionales que en algunos casos cobran precios exorbitantes para la semilla.

Consideramos que tenemos estándares de calidad muy estrictos, tanto en cuanto a pureza como en cuanto a germinación y vigor. Contamos con más de 30 colaboradores fijos, a pesar de que producimos y beneficiamos la semilla en maquila, lo que reduce nuestras necesidades de personal propio.

Seguimos con nuestro programa de mejoramiento a buen ritmo, generando nuevos híbridos no solo para el ámbito subtropical, sino también para Valles Altos. Seguimos invirtiendo en calidad, la fuerza de ventas, así como invaciones en todos los departamentos de la empresa.

Participamos en el programa MasAgro que para la industria semillera nacional ha sido un apoyo muy valioso.

Estamos muy orgullosos de formar parte del sector agropecuario y así aportar nuestro granito de arena a la alimentación de México y el mundo y anticipamos con gusto y expectativa los próximos 15 años.

El mercado de maíz en México

Producción nacional de maíz (línea punteada azul) e importaciones de maíz desde EEUU. En millones de toneladas.

Hace algunas semanas, en éste artículo, prometí escribir sobre la historia del mercado de maíz en México. Es tiempo de cumplir.

En los años 80s fracasó terriblemente el modelo económico de la Sustitución de Importaciones, adoptado en México más o menos desde la nacionalización de la industria petrolera hasta la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, que entró en vigor en 1994. El Gobierno y con ello sus empresas, las llamadas paraestatales, como por ejemplo CONASUPO o BANRURAL, diseñadas originalmente para acelerar el desarrollo económico, sucumbían bajo el peso de la deuda, la falta de previsión, la ineficiencia, la corrupción y una serie de problemas relacionadas.

En los años anteriores a 1994 México ya importaba maíz. Las importaciones requerían una licencia otorgada por el Gobierno. Este proteccionismo desacoplaba el mercado interno del internacional. El precio que CONASUPO pagaba al productor de maíz en 1993 estaba en unos 680 pesos, equivalentes a 340 dólares por tonelada. El precio en el Chicago Mercantile Exchange estaba a menos de 100 USD por tonelada. En otras palabras, se pagaba al productor Mexicano entre 3 y 4 veces el precio internacional, lo que hacía el maíz bastante rentable incluso en zonas con poca aptitud para este cultivo. Recuerdo muy bien que en la Fraylesca, Chiapas, se sembraba maíz hasta en las partes más inclinadas de los cerros.

Al mismo tiempo, el precio al consumidor de la tortilla, estaba subsidiado; CONASUPO perdía dinero. El desperdicio y despilfarro de la tortilla era muy común, ya que ¡era más barata que el grano del que estaba hecha! Los más corruptos compraban grano al precio subsidiado a CONASUPO y se lo volvían a vender como recién cosechado, cobrando el precio alto al productor. Este tipo de problemas no eran exclusivos de CONASUPO, sino típicos de la Sustitución de Importaciones, de las paraestatales y del papel excesivo del Gobierno en la economía.

Además, el modelo proteccionista y de Sustitución de Importaciones causaba distorsiones del mercado. Mientras se protegía al productor de maíz, las engordas y granjas de aves no podían competir con la carne y huevo producido en el extranjero con granos baratos.  El colmo fue en 1987 cuando el Gobierno, por medio de LICONSA, importaba leche en polvo radioactiva, resultado del accidente de Chernobyl, simultáneamente arriesgando la salud de la población y destruyendo la industria lechera del país. ¡Ninguna empresa particular se podría permitir tales barbaridades sin sufrir las consecuencias!

Hacía falta entonces un cambio, una liberación, mayor responsabilidad para los productores y menos injerencia del Gobierno. Finalmente ocurrió, aunque tal vez menos por convicción de los políticos sino por el peso de la deuda y la presión de los socios comerciales a los que queríamos exportar productos manufacturados además de fruta y hortaliza. El 1 de enero de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercial de América del Norte. Una parte limitada de las importaciones de maíz, llamada cupos, sería libre. Sobre la otra parte se cobrarían aranceles que se reducirían paulatinamente de más de 200% (del valor de la mercancía) en 1994 a cero en 2008. Estas medidas transitorias se implementarían para balancear dos intereses: Por un lado, asegurar el abasto del grano para la alimentación humana y pecuaria y por otro, evitar una caída drástica del precio del maíz en el interior para así evitar un golpe demasiado fuerte a los productores de maíz.

Hoy tenemos un comercio libre de grano entre EEUU y México, las importaciones aumentaron, pero también aumentó la producción nacional, no solo de grano, sino y sobre todo de carne y leche. Aumentaron las exportaciones de frutas, verduras y pescado. Se desarrolló un mercado privado de insumos; ya no dependemos de las paraestatales agropecuarias (o ya no tanto, puesto que siguen algunas.)

Hace falta recordar la historia cuando ocasionalmente hay quién sucumba a la nostalgia. ¡Los viejos tiempos no eran buenos!

Fuentes:

http://www.cefp.gob.mx/intr/edocumentos/pdf/cefp/cefp0262005.pdf

http://dspace.cigilibrary.org/jspui/bitstream/123456789/454/1/US%20Mexico%20Corn%20Trade%20During%20the%20NAFTA%20Era%20New%20Twists%20to%20an%20Old%20Story.pdf?1 (Nota junio 2018: Enlace roto).

http://www.infoaserca.gob.mx/claridades/revistas/207/ca207-19.pdf