Manual de aplicación de insecticidas contra el pulgón amarillo del sorgo

En las últimas semanas, se ha observado un incremento de pulgón amarillo en algunas parcelas de sorgo en Bajío. Las poblaciones de pulgón pueden variar considerablemente de una parcela a otra y también entre orilla del campo y el centro, por lo que es sumamente importante revisar los cultivos frecuentemente y no aplicar por aplicar. Sin embargo, cuando se exceden los umbrales, sí se recomienda iniciar aplicaciones. El umbral se alcanza cuando el 20% de las plantas tienen pulgones y las hojas en promedio muestran 50 pulgones o más.

Para ello, el Comité Técnico de Pulgón Amarillo del Sorgo de Guanajuato, ha elaborado el siguiente manual para lograr aplicaciones efectivas*.

Tecnología de aplicación de insecticidas contra el pulgón amarillo

Realizar una correcta aplicación no solo consiste en usar la dosis indicada. El denso follaje representa una barrera para la aspersión de los insecticidas, por lo cual se vuelve necesario realizar algunas modificaciones al aguilón del equipo de aplicación para garantizar una cobertura más uniforme en las hojas del cultivo y de esta manera lograr mayor control la plaga.

Algunas consideraciones importantes a tomar en cuenta son las siguientes:

Calibración

Hay que tener en cuenta que el gasto de agua varía según la etapa fenológica de la planta y el follaje que tenga presente. Entre más follaje se tenga, más agua se requiere para lograr una buena cobertura. 200 l/ha pueden ser suficientes en etapas tempranas, pero se requieren al menos 300 l/ha después de embuche.

Calidad del agua

Es necesario utilizar agua limpia y ajustar el pH y dureza del agua para que los productos químicos mantengan su eficacia de control. Esto se logra con un producto buferizante.

Orden de mezclado

Se recomienda agregar al agua primero los productos para ajustar el pH y dureza del agua (buferizante) y en segundo lugar colocar el insecticida.

Tecnología de aplicación para el control del PAS

Cundo el cultivo se encuentre en etapa de desarrollo vegetativo se recomienda dirigir la aplicación por encima del follaje con boquillas de cono hueco.

Después de embuche se requiere aumentar la cobertura de la planta y se recomienda utilizar un aguilón doble con cuatro boquillas de cono hueco las cuales permiten obtener mayor penetración de la solución hacia dentro y largo de la planta, logrando una mayor cobertura en las hojas y un mejor control de la plaga.

A continuación se indican algunas modificaciones a un aguilón, el cual permiten lograr una mayor cobertura del follaje del cultivo de sorgo:

Aguilón por partes para mochila manual

Vista lateral y frontal del aguilón

Bajada con cuatro boquillas para tractor

Vista cercana de las boquillas

Aguilón asperjando

Bajada de tractor asperjando

 

Si necesitas asesoría comunícate al CESAVEG a los teléfonos 462 626-9686 y 462 626-0888.

*) con modificaciones menores por los editores de este artículo

Calibración de sembradoras (video)

En la Expo Agroalimientaria hay tantos expositores que no podemos ver todo lo que nos interesa, mucho menos a detalle. Por ello, Unisem se dio la tarea de platicar más a fondo con varios proveedores, en esta ocasión con Jesús Flores de la empresa Sembradoras del Bajío, con sede en Manuel Doblado. Veamos sus explicaciones sobre las sembradoras de precisión y su calibración.

Muchas gracias a Jesús Flores por concedernos esta entrevista.

 

Video: Calibración de sembradoras

Pasos a seguir para calibrar una sembradora de precisión:

Véa también: https://semillastodoterreno.com/2012/05/calibracion-de-la-sembradora/

 

Calibración de la sembradora

Para lograr las buenas cosechas que todos queremos es indispensable calibrar la sembradora de tal manera que deposite las semillas en intervalos regulares, a la distancia deseada y a una profundidad pareja. Solo así podemos asegurar que todas las plantas tengan las mismas condiciones, salgan parejo y sufran la competencia mínima entre ellas mismas.

La calibración típicamente involucra

  • seleccionar el disco correcto y
  • ajustar los engranes de manera que se deposite la cantidad de semillas deseada por metro lineal,

pero implica mucho más que ello. Incluso pensando que ya previamente a la calibración hayamos dado mantenimiento a la maquinaria, dependiendo del tipo de sembradora, ahora tenemos que

  • ajustar el ángulo entre tractor y sembradora mediante el tercer punto,
  • evitar el bamboleo de la máquina,
  • regular la profundidad de siembra mediante las ruedas de profundidad,
  • asegurar la presión suficiente de las ruedas compactadoras sobre el piso,
  • ajustar el descuateador o regulador del selector, es decir, el «dedito» que evita, en las sembradoras de precisión, que se vayan dos semillas por punto,
  • ajustar el disco marcador,
  • trabajar con las revoluciones suficientes para mantener el vacío, etc.

Tenemos que verificar que también el fertilizante y, en su caso, el insecticida granulado se depositen al ritmo necesario para lograr las dosis correctas.

Calibrar una sembradora es un trabajo que a menudo nos toma una o incluso varias horas, pero es tal vez el tiempo mejor invertido de toda la temporada. Es un trabajo eminentemente práctico que difícilmente se puede explicar en un artículo como este, por lo que me limito a recalcar su importancia mediante las siguientes imágenes. Cabe mencionar que después de la calibración, se tiene que verificar constantemente y durante todo el trabajo de siembra que la sembradora siga depositando la semilla adecuadamente, escardando el surco en tramos de medio metro hasta encontrar las semillas. Si detectamos cualquier falla, tenemos que volver a parar el tractor y hacer los ajustes necesarios.

Prueba de la sembradora antes de calibrar

 

Prueba después de calibrar

Muchas gracias a Jorge Navarro por estas imágenes.

Regulación del descuateador

Para mayor información sobre la densidad recomendada, consulte: https://semillastodoterreno.com/2011/05/densidad-de-siembra-para-maiz/

 

 

Densidad de siembra para maíz

Dos de las preguntas más comunes entre productores son ¿qué densidad de plantas es la adecuada? y ¿cuánta semilla por hectárea debo sembrar?

Debido a las diferentes condiciones agroecológicas, manejo y también los tipos de maíz sembrados en México, no existe una respuesta que aplique a todos los posibles casos. Sin embargo, es posible hacer algunas consideraciones para establecer un ejemplo que pueda emplearse para que cada quién obtenga su respuesta tomando en cuenta los factores pertinentes, según cada caso.

Revisando la siembra

Productor revisando una siembra de maíz forrajero en Gómez Palacio, Durango, México

 
Para comenzar, es necesario definir los conceptos de densidad de plantas y densidad de siembra. Las dos cantidades no son iguales, ya que una fracción de la semilla o las plántulas se pierden antes de desarrollarse.

La densidad de plantas se refiere a la cantidad de plantas (adultas) por hectárea. La densidad de siembra es la cantidad de semillas que se depositan por hectárea.

Densidad de plantas

La densidad de plantas recomendable depende de varios factores:

  • Las condiciones agroecológicas y el manejo. Con mejores condiciones de fertilidad del suelo, fertilización y un mejor manejo, se podrá sostener una mayor densidad de plantas. Las densidades recomendables pueden ir desde las 50 mil plantas por hectárea en condiciones de temporal, laderas y suelos malos, hasta 100 mil o más en las mejores condiciones, por ejemplo bajo riego en ciertas zonas de Sinaloa o del Bajío.
  • La variedad. Los híbridos bajos, y precoces, requieren de una mayor densidad que los híbridos altos y tardíos para lograr su máximo rendimiento. Criollos y algunos híbridos malos no soportan densidades medianas, se acaman.
  • El riesgo de sequía. En caso de sequía, una densidad alta es contraproducente. Por lo tanto, conviene trabajar con densidades modestas en zonas donde este problema es recurrente.
  • Rendimiento esperado. Los rendimientos máximos por planta son de entre 150 a 180 gramos (2). Por lo tanto, si en una parcela se esperan unas 12 toneladas de grano por hectárea, la densidad de plantas recomendable es de 67- 80 mil plantas por hectárea.

Densidad de siembra

Inevitablemente se pierden algunas semillas o plántulas, por falta de germinación, falta de vigor, falta de contacto con el suelo, piedras, encostramientos, plagas y enfermedades, fallas de la sembradora, etc.

Por esta razón, se debe aumentar la densidad de siembra en la misma proporción en la que se espera tener pérdidas de semilla o plántulas. En la Guía de Identificación de problemas en la producción de maíz tropical del CIMMYT (1), se sugiere considerar un 20 % como pérdida.

En condiciones de emergencia difíciles, como en pata de trigo o cebada, o en terrenos muy arcillosos, siembras en seco, etc., deberá aumentarse la densidad aún más.

Finalmente, es recomendable trabajar con un margen de seguridad, sembrando un 5-10 % arriba de lo estimado de acuerdo a las consideraciones anteriores.

Una vez definida la densidad de siembra, debe hacerse el cálculo de las semillas por metro lineal a depositar.

Ejemplo

Suponiendo que se tiene un terreno de riego, bien manejado y abonado. Se espera un rendimiento de 12 toneladas de grano. Se desea una densidad de 80 mil plantas por hectárea. Se sembrará en pata de trigo. La semilla es tratada con insecticida, y se aplicará un insecticida granulado, por lo que no se esperan pérdidas mayores por plagas del suelo. La semilla tiene un 95 % de germinación. Con todo esto, se supone una pérdida de semillas y plántulas del 25 % más un 5 % de margen de seguridad, la pérdida se calcula en un 30 %.

La densidad de plantas deseada (80 mil) se divide entre de entre 0.7 para obtener la densidad de siembra. Resultando 114 mil semillas por hectárea.

En surcos de 1 metro de ancho, deberían sembrarse 11.4 semillas por metro lineal. En surcos más estrechos, de 80 centímetros, se sembrarán 11.4 x 0.8 = 9.1 semillas por metro lineal o una semilla cada 11 centímetros.

Finalmente, la sembradora habrá de calibrarse para depositar las 9 semillas por metro lineal, y verificar que así sea, excavando tramos cortos de los surcos ya sembrados.

El equipo de Unisem en un taller de siembras

Colaboradores de Unisem capacitándose

Referencias

(1) H.R. Lafitte. 1993. Identificación de problemas en la producción de maíz tropical. Guía de campo. México, D.F.: CIMMYT. (Haga clic aquí para descargar la guía.)

(2) A.D. Violic. Manejo Integrado de Cultivos. El maíz en los Trópicos. FAO. http://www.fao.org/docrep/003/X7650S/x7650s22.ht