Luz solar, nitrógeno y el verdor del maíz

Una pregunta frecuente que recibimos en pláticas, recorridos y visitas es «¿cuánto va a rendir?» A esto, un amigo y excolaborador solía contestar, «¿cuánto quiere que le rinda?», haciendo alusión, con mucha razón, al hecho de que el rendimiento de un cultivo es por lo menos tanto el producto del manejo, la atención y los insumos que le proporcionamos como de la genética. Un «buen» agricultor, que le echa todas las ganas y los insumos, le saca más rendimiento a una variedad promedio que un agricultor promedio a una variedad buena. Claro que algunos factores fuera de nuestro alcance, como el temporal y el tipo de suelo también importan.

Cultivo frondoso que deja pasar poca luz al suelo.

Dicho lo anterior, sí hay algunas señales que nos dicen, si escuchamos u observamos, si un cultivo rendirá bien o no. Un indicio muy útil es el sombreo. Las plantas son organismos que convierten luz o energía solar, agua y dióxido de carbono en biomasa. Necesitan una buena superficie de hojas para interceptar la luz y convertirla. Conforme más luz o energía absorba y aproveche la milpa, más biomasa (raíz, tallo, hojas, elote, grano) produce. Un cultivo que deja pasar poca luz y sombrea todo el piso tiende a rendir bien, como se muestra en la primer foto.

 

Cultivo que deja pasar mucha luz aunque sus mazorcas se vean impresionantes

Vice-versa, si cae mucha luz al suelo, el rendimiento no va a ser bueno. En la segunda foto, si bien las mazorcas o elotes se ven impresionantes, el rendimiento no va a alcanzar el de la primer foto.

(Para que sea justa, hay que hacer la observación del sombreo después de que el cultivo cierre el surco o, mejor aún, después de floración, y al medio día. En la mañana o tarde, puede pasar más o menos luz al suelo del cultivo, dependiendo de la orientación de los surcos.)

Como es de esperarse, el cultivo que deja pasar mucha luz también está más infestado por maleza. Si bien parece que hubo un buen control al inicio, la maleza rebrotó con la luz que recibe en el suelo, cosa que no pasa cuando éste está completamente sombreado.

Cultivo que sombrea bien el piso, pero muestra síntomas de deficiencias de nitrógeno. ¡No solo debemos sembrar una buena cantidad de plantas, sino las tenemos que alimentar también!

Otro indicio es el color y la sanidad de las hojas. El verde de las hojas tiene mucho que ver con la fertilización nitrogenada. Una relativa falta de nitrógeno causa un síntoma bien característico: un secado prematuro de las hojas inferiores en forma de V, como lo muestra la tercer foto. Estas hojas están perdidas para la producción de biomasa. Esto podría parecer de poca importancia puesto que son las hojas inferiores que de por sí reciben poca luz y por lo tanto no producen mucho. Sin embargo, el problema no está tanto en estas hojas sino en el hecho de que el resto de la planta también sufre de escasez de nitrógeno y por lo tanto no produce al cien por ciento de su capacidad.

Si observamos estas deficiencias cerca del suelo, es probable que las hojas superiores tampoco tengan el mejor color. La fertilización va de la mano con el desarrollo de un cultivo frondoso que sombrea el piso casi por completo. En la primer foto vemos un color más verde, más oscuro, mientras que en la segunda, tenemos un color alimonado. (Ojo, hay ciertas diferencias en color entre variedades; así que estrictamente, la comparación solo es válida si hablamos de la misma variedad.)

Lamentablemente, cuando aparecen los síntomas tan característicos de la falta de N y al grado como están en la (tercer) foto, ya es un poco tarde para corregir el problema.

Fuentes:

https://semillastodoterreno.com/wp-content/uploads/2011/05/identificacion_problemas_produccion_maiz_tropical.pdf (sobre todo página 56)

http://bulletin.ipm.illinois.edu/article.php?id=1013

http://www.sdstate.edu/ps/extension/soil-fert/corn-deficiency-photos.cfm (Nota junio 2018: Enlace roto)

http://agdev.anr.udel.edu/weeklycropupdate/?p=1317 (Nota junio 2018: Enlace roto)